“Me atrae el viaje hacia mis propios confines, mis lugares desconocidos”
Entrevista con Adriana Lestido, próxima al estreno de Errante
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La salida y puesta del sol marcan el movimiento de esta obra con forma de flor. Sus pétalos se abren durante el día y se cierran por la noche. Con un sistema hidráulico y células fotoeléctricas que le dan su singular dinamismo, esta escultura fue la primera de su especie.
Ubicada en un estanque de agua circular en el centro de la Plaza de las Naciones, la Floralis atrae a todo el que viaje al norte por la avenida Figueroa Alcorta. Los senderos del espacio verde invitan a acercarse a esta obra de 18 toneladas y 20 metros de alto; la estructura de acero inoxidable y aluminio es, tal como su nombre lo indica, un homenaje a todas las flores.
Junto al cambio de siglo, el arquitecto argentino Eduardo Catalano concibió una escultura que reflejara el ritmo de la época. Luego de que el artista la donara a la Ciudad, la obra fue lucida por primera vez en abril de 2002. Sin embargo, su movimiento resultó interrumpido debido a un temporal, y durante algunos años sus pétalos estuvieron abiertos en todo momento. Finalmente, este símbolo de la Ciudad recobró su esplendor en 2015, cuando recuperó su dinamismo.
Hay cuatro noches especiales en los que los pétalos quedan abiertos: 25 de mayo, 21 de septiembre, y 24 y 31 de diciembre. En las noches de luna llena también abre totalmente sus pétalos. Según su autor el arquitecto Eduardo Catalano, Floralis significa que pertenece a la flora y por ende a las flores, y Genérica deriva del concepto “género” e indica que representa a todas las flores del mundo.
Plaza de la Naciones Unidas | Av. Pres. Figueroa Alcorta 2301
Crédito de la fotografía: Turismo BA.