Palacio de los Patos

Un exponente del estilo clásico academicista francés

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Palacio de los Patos

Enmarcado dentro del estilo clásico academicista francés –que se había impuesto a partir de 1880 entre las clases altas porteñas, que se nutrían de las Beaux-Arts parisinas en sus vacaciones–, el Palacio de los Patos posee 144 apartamentos agrupados en seis pisos de seis cuerpos separados por nueve patios y jardines. Ocupa la mitad de la manzana limitada por las calles Ugarteche, Juan María Gutiérrez, República Árabe Siria (ex-Malabia) y Cabello extendiéndose sobre 22.000 metros cuadrados.

Construido en 1929, fue obra de los arquitectos Henri Azière (1861-1938), francés que diseñó los planos pero nunca estuvo en Buenos Aires, y del argentino Julio Senillosa (1864-1936), que modificó planos y dirigió su construcción por encargo de su propietario original Alfredo Miguel Chopitea. De hecho, el edificio iba a llamarse Palacio Chopitea; sin embargo, su nombre se debe a que estuvo habitado por los venidos a menos durante la crisis de 1929 y a los que se denominaba "patos" por el plumaje siempre seco de los patos, que carecían de dinero, lo cual según el lunfardo porteño se denominaba "seco". Eran miembros de familias de alcurnia o pudientes que habían quedado en la ruina o en dificultades económicas en aquella época. El edificio era el reducto donde se refugiaban, aparentando el vivir en un palacio señorial, como sus antecesores.

El elegante patio central, que puede verse desde la calle, tiene una superficie de 386 m2, que originalmente estaba cubierta por adoquines de madera. Está custodiado por un reloj de cuatro cuadrantes que, junto al buzón para la correspondencia (que tiene dos caras y contempla gavetas para cada departamento), es el emblema del edificio. A cada lado de ese patio principal, se alinean cuatro patios interiores que unen los distintos cuerpos de departamentos, mientras otros cuatro patios internos proporcionan aire y luz a las unidades del contrafrente.

Vanos de medio punto que se alternan con otros rectos según un patrón simétrico, riquísimos trabajos de herrería, aberturas con vitrales que llevan incrustaciones circulares de vidrio multicolor, mosaicos que dibujan figuras geométricas y conectan las gruesas puertas de madera maciza, han sobrevivido hasta hoy, para deleite de quienes, como desde hace 86 años, habitan este portento de Buenos Aires, y los que se maravillan con su belleza imperecedera.

El edificio ha sido distinguido como «Testimonio vivo de la memoria ciudadana» por el Museo de la Ciudad de Buenos Aires y como «Edificio Representativo de la ciudad como ejemplo del estilo academicista» por la Dirección General del Patrimonio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Esta casa de rentas ha tenido ilustres habitantes, políticos, miembros de familias prominentes, científicos, intelectuales y artistas entre ellos Carlos Holmberg, Luisa Vehil, la viuda de Roque Sáenz Peña, el padre Carlos Mugica, Carlos Latorre, Daniel Rabinovich, Marta Peluffo, Emilio Stevanovich, Arturo S. Mom, Ricardo Mosquera, Ginamaría Hidalgo, Luis Benedit, Francisco De Narváez, Charly García, Matías Nisenson, entre otros.

Según leyendas urbanas, la propiedad ha estado habitada por fantasmas desde 1959. El reconocido actor Narciso Ibáñez Menta, quien residió desde 1953 a 1963, aseguró experimentar situaciones paranormales y la presencia de espíritus. En 1973, Rita Hidalgo apreció muerta en su departamento en circunstancias que nunca se aclararon.

Así también, el edificio es escenario de numerosas obras de ficción. Jorge Luis Borges alude al edificio en el cuento El inmortal de su libro El Aleph «un laberinto es una casa labrada para confundir a los hombres, su arquitectura pródiga en simetrías, está subordinada a ese fin». La novela El Palacio de los Patos de María Esther de Miguel, también está inspirada en el edificio pese a ser completamente ficción. Por último, la novela La Traición de Jorge Fernández Díaz también lo refiere, siendo la vivienda de uno de los personajes.

El Palacio de los Patos se ubica a poca distancia de tres importantes espacios verdes: los bosques de Palermo, el Jardín Zoológico de Buenos Aires y el Jardín Botánico de la misma ciudad, motivo por el cual el valor inmobiliario es muy elevado.


Palacio de los Patos | Ugarteche 3050, CABA