“Me atrae el viaje hacia mis propios confines, mis lugares desconocidos”
Entrevista con Adriana Lestido, próxima al estreno de Errante
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Nacida del empeño de un turista francés –Grégoire Fabre- enamorado de la tradición porteña, la Pulpería Quilapán se instala hoy sobre la que fue una antigua casa colonial construida en 1720, luego devenida en conventillo. Durante la epidemia de fiebre amarilla (1870), la casa fue clausurada hasta principios del siglo XX.
Desde entonces fue casa de alquiler, feria de arte y luego tanguería, bar de copas, milonga, garage y feria americana hasta volverse –por primera vez- pulpería, de la mano de Grégoire y su pareja ruso-polaca, Tatiana Michalski, ambos atraídos por la estética y los sabores del campo argentino. Cuando se hicieron cargo, en 2014, refaccionaron el piso y encontraron un antiguo aljibe que hoy reutilizan para proveer de agua de lluvia a los baños, en una dinámica autosustentable que involucra también un techo verde, un termotanque solar y futuros hornos solares.
La pulpería tiene el horno de barro (de 3 metros de radio) más grande de Buenos Aires y sus barras, balanzas, piano y mobiliario se fueron adquiriendo en subastas y en otras pulperías originales de la provincia. Degustaciones de vino, talleres de pintura, recitales de jazz y un almacén de ramos generales dan vida al predio, donde se consiguen quesos, vinos y conservas de productores independientes de todo el país, que aquí confluyen en el nodo de una gran red. Cuenta Juan Caille, encargado de la comunicación del lugar, que “todos los proveedores deben ser amigables con el medio ambiente y manejarse con productos orgánicos”.
En el restaurant, la comida criolla –guisos, locros y carbonadas- convive con choripanes y picadas, poniéndole a todo un toque francés en los tiempos extendidos de cocción y el uso de ollas de fundición. En fechas patrias, el locro se cocina en la gran olla para 400 porciones y es devorado por los comensales en mesas comunitarias. Además, los días de lluvia se invita todo el que pase a entibiarse con un vaso de vino, otra de las costumbres que hacen que en Quilapán persista el verdadero espíritu de la pulpería criolla.
Defensa 1344 | San Telmo
Miércoles a viernes, de 12 a 0 h | Sábados de 12 a 2 h | Domingos de 12 a 1 h.