Basílica de San Francisco

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Basílica San Francisco

La Basílica de San Francisco comparte el atrio con la Capilla de San Roque, integrando junto al convento homónimo un conjunto declarado Monumento Histórico Nacional. La construcción original de adobe fue reemplazada hacia 1731 según planos del arquitecto jesuita Andrés Blanqui, inaugurándose en 1754.

Tras el derrumbe de 1807, un nuevo edificio de estilo neoclásico italiano terminado en 1815 fue proyectado por el arquitecto Tomás Toribio. Entre 1907/11 el arquitecto Ernesto Sackmann remodeló su fachada. Desde entonces la iglesia luce el aspecto actual de estilo barroco bávaro. En 1910, el artista alemán Antonio Voegele modeló las cuatro figuras que integran la fachada: San Francisco flanqueado por Dante Alighieri, el pintor Giotto y, arrodillado ante él, Cristóbal Colón. Los tres personajes eran hermanos de las órdenes menores de San Francisco. Tras el incendio de 1955, donde sufrió daños y pérdidas casi totales de su mobiliario, fue colocado sobre el altar principal La glorificación de San Francisco, tapiz de Horacio Butler que mide 8x12 m.

La construcción cuenta con fachadas muy elaboradas, sobre todo la principal, donde destacan dos torres con querubines y cúpula acebolladas. La planta del templo posee una nave central única, particularmente alargada y con capillas laterales de poca profundidad. El único altar original que se conserva es el del crucero derecho; los demás datan de 1911. La cúpula de la iglesia se eleva sobre un alto tambor octogonal, y su órgano fue fabricado por el luthier alemán Luis Oben en 1772. En el templo descansan los restos de personajes como Fray Luis de Bolaños y Fray Mamerto Esquiú. Otra curiosidad es el reloj de sol vertical en una de las alas, visible desde el patio interior del convento, perfectamente orientado; el gnomon marca la hora solar que, debidamente ajustada de acuerdo a su latitud, coincide con la hora oficial.