Confitería London City

Cómo llegar

Confitería London City

Donde entre el aroma del café y los dulces se respira historia y cultura.

Antes del Palacio Ortíz Basualdo que hoy reconocemos al arribar a la Ciudad por la autopista Illia hacia Av. 9 de julio -y que es sede de la embajada de Francia desde hace 80 años- la mansión de esta aristocrática familia, construída en 1895, se encontraba en el cruce de Perú y Av. de Mayo. Pero en 1920, ya habiendo termiando la nueva residencia, la firma Gath & Chaves la convierte en anexo de su tienda: luego de la demolición de los pisos superiores se construiría la cúpula, logrando su apariencia actual.

Allí abre en 1954 la Confitería London City, convirtiéndose rápidamente en refugio de poetas, artistas y políticos que transitaban desde el Palacio Municipal hasta el edificio del Concejo Deliberante, de periodistas que entraban y salían del vecino edificio del diario La Prensa, y de los porteños y turistas que paseaban y trabajaban a lo largo de la pintoresca Avenida de Mayo. Declarado café notable en el año 2000 por la Comisión de Protección y Promoción de los cafés, bares, billares y confiterías de la ciudad de Buenos Aires, contó entre sus ilustres habitué a Julio Cortázar cuya novela “Los Premios” (1960), fue planeada y redactada en alguna de sus mesas, sirviendo a la vez de lugar central en la trama de la obra. De ahí que sus paredes luzcan fotos del célebre escritor. Espacio porteño por excelencia pero enriquecido con elegancia británica, London City se ha convertido en hito de la cultura argentina.

En ella perdura la historia desde su inauguración, momento a partir del cual ha cobijado a empedernidos tomadores de café, trabajadores del microcentro porteño, escritores, parejas enamoradas y confidentes. Tras cerrar sus puertas en 2003 para una remodelación que respetó la arquitectura y el estilo del lugar, sus clientes pueden sentir hoy que entran a un túnel del tiempo con mozos vestidos de época que, como entonces, continúan sirviendo el tradicional chocolate caliente, un emblema de la casa, o alguna otra especialidad dulce como la torta Ana o la Nacional, entre otras.